CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO

 

EL PERUANO – Lima, 19 mayo de 2025

 

BANDAS CRIMINALES

 

Por Antero Flores-Araoz

 

Cada día es más frecuente la perpetración de delitos con actores delictivos grupales, esto es, se juntan delincuentes y actúan colectivamente, a lo que corrientemente le llamamos bandas, pero cuando son más sofisticados los delitos que cometen, se les llama criminalidad organizada que, por supuesto suena a mayor nivel delictivo, como en realidad lo es.

También con el avance de las actividades humanas, se van incorporando nuevas figuras delictivas, como son las que se realizan contra las actividades financieras y los fraudes en los seguros entre muchas otras.  El avance de la ciencia y tecnología también ha abierto las puertas para que puedan incorporarse al glosario de delitos, los delitos cibernéticos también denominados ciberdelitos y que van generando modificaciones al Código Penal.

En el mencionado código están tipificados los delitos, las penas a que se hacen acreedores quienes delinquen, así como también agravantes y atenuantes.  Lo que el Código Penal no establece es la sanción social contra el delincuente, pues al enterarse los ciudadanos de la identidad de quienes delinquen, por lo general los excluyen, como se dice “se les mira mal”, dejan de ser invitados a reuniones, se les observa con desconfianza y se les considera peligrosos.

Empero, la sanción social, que como repetimos no está legislada, pero es real, puede diluirse cuando los delincuentes que actúan grupalmente en banda, se les otorga denominaciones populacheras, pero mediáticamente muy “vendibles”, escondiéndose en los hechos los nombres reales de los que delinquen o por lo menos poniéndolos en letras diminutas, mientras que el de las bandas va en mayúsculas y en los titulares.

Seguramente no todos recuerdan a quienes están comprometidos en la llamada organización delincuencial “Los dinámicos del Centro”, como también están “Los embaucadores del Sur”, sin olvidar a “Los cuellos blancos” o a “Los tilines del Norte”. El ingenio criollo es amplísimo y también denominó a otra banda como “Los venecos de José Olaya”, además de “Los malditos de Cerro Candela”, “Los raqueteros de Juliaca”, “Los malditos de Báyovar”, “Los injertos de San Miguel” o “Los cogoteros de San Cosme”.

Bravo por el ingenio, aplausos también si se quiere, pero esa costumbre periodística o también judicial, de ponerle nombres a las bandas u organizaciones criminales, no es buena, pues como repetimos, o esconde de suyo el nombre de quienes delinquen o los pone en letra minúscula no vista ni con gafas, con lo cual, como también insistimos, se pierde en cierta forma la importante sanción social.

Somos conscientes que un titular que diga “Cogoteros del jirón de La Unión a la reja”, tiene muchísimo mayor impacto que señalar: “Fueron detenidos Pepe Pérez, Jorge López y Manuel Flores”, sin embargo, más debe pesar la sanción social que la lectoría o la audiencia del medio periodístico, o para por lo menos transigir, colocar a los actores y la denominación que quieran darle a la organización delictiva a la que pertenecen.